lunes, 15 de diciembre de 2008

LA EXCESIVA AMBISION MATO A LOS HOMBRES

Salieron tres ciudadanos a buscar leña y cuando estaban destroncando el árbol seco se encontraron con un cofre que contenía un tesoro en piedras preciosas. Ante la agradable sorpresa y después de la emoción lógica, pensaron qué hacer y como, ya que si las autoridades se enteraban, podían llegar a confiscarlos; también estaba el peligro de que se lo roben si la gente se enteraba.
Pensando como hacer, deciden que uno vaya a buscar comida y los otros dos se quedaron; sortearon y el que fue por la comida decide envenenarla y eliminar a sus socios, estos lo esperaron con planes para matarlo y repartir el tesoro entre dos. En suma, el que fue por la comida es muerto, y sus compañeros comen hasta morir envenenados.
Un sabio reflexionó sobre la historia y dijo que la excesiva ambición mató a los hombres, el tesoro sigue esperando que la estupidez humana siga por parámetros menos egoístas, crueles y extremadamente ambiciosos.

"ES NECESARIO SER UN LEÓN Y QUE COMAN LOS ZORROS TUS
SOBRAS, Y NO SER ZORRO Y COMER LA SOBRA DE LOS LEONES"



Un fuerte empresario de la antigüedad tenía una gran caravana de camellos con la cual transportaba mercancías de un país a otro. Su único hijo no era ambicioso, más bien indiferente al entusiasmo de su padre que pretendía del hijo un continuador de su actividad comercial.
En una de esas travesías en que el padre acompañado por su hijo, éste observa como un león caza a una gacela y la come parcialmente. También observó que una vez que se retiró el felino, se acercaron los zorros y comieron cómodamente lo que quedó.
Este chico sabía de las preocupaciones de su padre por lo complejo de la empresa, de los problemas que debía enfrentar y solucionar diariamente, y pensó en el episodio del león, del riesgo, del esfuerzo y también analizó la simpleza y comodidad del zorro, que sin ningún esfuerzo se pudo alimentar sin arriesgar nada.

Cuando regresaron del viaje, el muchacho comenta lo sucedido y reflexiona junto a su padre, agregando que con todo el dinero que tienen podrían vivir sin problemas, ni sobresaltos, más allá de las preocupaciones y peligros, y termina poniendo como un ejemplo la actuación del zorro, a lo que el padre le contesta: "Es necesario ser un león y que coman los zorros tus sobras, y no ser zorro y comer la sobra de los leones."

EL SOL Y EL HURACÁN

El sol y el huracán discutían con un árabe, quien de los dos era capaz de hacerle quitar el abehi (la túnica) tejida de pelos de cabras que el beduino usa para protegerse del sol. El sol le dio la primacía al huracán para que comience a presionar con fuertes ráfagas, con tormentas de arena, etc., pero el árabe se hizo fuerte con su abehi y resistió, fracasando el huracán en sus intentos.

Entonces dijo el sol: "Ahora me toca a mí", paró el viento y el sol comenzó a irradiar calor intenso, tan intenso que el beduino no tenía más salida que desprenderse de su abehi y así le ganó la apuesta al huracán. Moraleja: "No siempre la fuerza es la que logra los objetivos".